Onyce Historias & Relatos
NUEVO
19 Ago, 2024
Un encuentro en el tunel de Amerika Disco que cambiaría todo.
Al principio todo indicaría que sería una noche más en Amérika Disco, el boliche al que solía frecuentar cuando estaba con algo más que simples ganas de bailar. Todo me parecía más de lo mismo en el túnel, para quienes no conocen el lugar, el túnel se encontraba en el primer piso, ni bien subías la escalera de la izquierda, al llegar a la pista de arriba seguís derecho y apenas bajas unos cuantos escalones lo encontrabas.
Estaba todo medio aburrido cuando siento que alguien me agarra de la cintura y me llevaba. Entre la oscuridad y la cantidad de gente no alcancé bien a ver de quien se trataba. Seguramente sería algún salame, esa noche no había encontrado a nadie que me gustara, pero al llegar a la escalera las luces de la pista de arriba reveló a un tremendo bebo: de espalda amplia, ojos claros, pelo ondulado que apenas me vio sacó sus manos de la cintura para agarrarme la cara sin mediar palabras. Solo una leve sonrisa previa y comenzamos a chapar como si nos hubiésemos reencontrado.
Había algo distinto en él, más allá de gustarme esta vez el ritmo de la situación no la manejaba yo sino que todo lo iba manejando él, sin dejar de comernos la boca nos corrimos hacia un costado y contra la paredes sus besos eran cada vez más intensos, sentía su lengua invadir mi boca en busca de mi lengua para jugar. Su saliva comenzaba a gustarme al igual que el perfume que llevaba puesto que podía sentir con facilidad ya que él era un poco más alto que yo y me envolvía con sus brazos.
En un momento me mira, vuelve a sonreír y me agarra la cabeza para que baje a chuparle la verga. Seguramente habré pensado “este cree que soy un putito más”
– no me cabe chuparla, disculpá– llegué a decirle pensando que se iría a buscar otro pibe, pero mi sorpresa fue que fue todo lo contrario
– no hay drama, me llamo Nico – me contestó con una sonrisa y automáticamente nuestras lenguas se entrelazaron.
Nos sentamos y me hace poner mis piernas sobre las suyas para seguir chapando a lo cual le digo:
– ¿no querés ir a buscar otro que te la chupe? Mirá que no hay drama.
– Nah, estoy bien con vos ¿o querés que me valla? me dice mirándome a los ojos.
– Yo también estoy bien, pero seguro tenes ganas que te la chupen y a mí eso no me cabe y menos acá.
- Podemos buscar otro que lo haga.
Me hizo gracia pero ví que lo decía enserio. Tenía dos opciones, chupársela ahí en frente de todos no lo iba a hacer, la otra era dejar que otro lo hiciera por mí, así que fui a lo seguro.
Entre todos que estaban ahí, un flaco nos queda viendo por como estábamos sentados, asi que le hago seña para que se acerque mientras me acomodaba bien para que él pudiera sentarse entre nosotros.
- Acá mi amigo anda con ganas de una buena chupada de verga ¿te cabe?
- Obvio, respondió mientras le entró a amasar la verga a Nico y este se reía.
- Vamos más para allá, dijo Nicolás señalando un lugar con más espacio y más oscuro.
Mientras estábamos ahí, me vuelve agarrar la cara y comenzamos a chapar, mientras el otro pibe sacaba la verga al palo de Nicolas y automáticamente se la empezó a comer. Habremos estado un rato, hasta que el pibe empieza a buscar mi pija.
- No, todo bien, pero chupásela a él nomás, le dije.
- No me dijiste tu nombre, preguntó Nico mientras hacíamos una pausa.
Con los labios ardidos por el roce de su barba, le contesté:
- Me llamo Fede.
Habremos estado como 15 minutos hablando de un montón de cosas hasta que el pibe que le chupaba la pija a Nicolas nos pregunta:
- ¿Ustedes se conocieron acá?
Nos reímos y le dijimos que sí, que habíamos pegado onda como para ser amigos.
- No van poder ser amigos si se comen así, ustedes van a terminar en algo.
Y volvió a meterse la pija en la boca, pajeándolo más fuerte para sacarle toda la leche, hasta que por fin Nico se acomodó bien y empezó a clavarse una paja frente a mi y a la cara de este pibe que terminó con un tremendo lechazo en su nariz, ojos y pelo. Nunca supimos su nombre, si nos lo dijo no le dimos bola, pero se levantó limpiándose la cara con la mano y a los segundo no lo volvimos a ver.
Y así nos quedamos chapando un rato más con Nico, que estaba súper relajado y daba besos cada vez más tiernos y suaves.
- Me tengo que volver, mis amigos están abajo. ¿Me pasas tu WhatsApp o tu Instagram?
Se lo paso y nos despedimos con otro beso. Cuando miro la hora ya eran más de las 5 de la mañana. Me sentía un poco cansado así que decidí volverme a casa.
Desperté casi a las 2 de la tarde, con la sensación de recordar lo que había hecho con Nicolás y también con la duda si era un sueño o fue real hasta que una notificación en mi celular sonó de repente y leo:
"pendejosaaavedra te ha enviado un mensaje. 1 min"
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