En una jornada que parecía tranquila y rutinaria se viralizó la foto de un auto estacionado que terminó por convertirse en el epicentro del chisme más jugoso de la ciudad de Córdoba. La apasionada noche que Fran provocó que al abrir el baúl de su auto lo dejara con el ego en coma y al barrio en estado de carcajada crónica: pegada prolijamente con cinta scotch (se nota el cariño), apareció una nota de puño y letra que decía como se puede apreciar:
"Fran, gracias por la noche que me hiciste pasar. A pesar que la tenes chiquita, sos muy amoroso. Raúl"
La nota, firmada por un tal Raúl, abre muchas preguntas. ¿Fue un ex despechado? ¿Un amigo con exceso de tiempo libre y un sentido
del humor muy filoso? ¿O acaso un poeta urbano con una necesidad urgente de catarsis sexual afectiva?
Lo cierto es que el mensajito combina ternura, sinceridad brutal y una violencia pasiva que ni el mismo Freud podría analizar sin
un vasito de whisky al lado. Pero si hay algo que dejó claro Raúl, es que el tamaño no lo es todo... es que a veces más vale
cortita y juguetona que grande y tontona.
Como sigue todo esto
No se sabe mucho más al respecto, ni en qué estado se encuentra el ego del pequeño Fran, por lo pronto una cosa es segura: el amor
no siempre entra por los ojos y si entra... a veces no se siente.